11.5.09

Fado a contramar


Voz de fado, que me untas con te de milagros.
Piel árbol eres marina, piel conífera te disfruto pino alto.
Si te das la vuelta, me recojo los pasos.
Sobre el viento que te raspa los codos, soy el polvo pómulo que te reviste de marmol.
Sobre la capa de tus cielos de calores, soy la nube que te provoca desde lo alto.
Sobre fresco en la campiña, el avión que nutre infancias viendo al cielo.

A contramar, eres la bruma que me humedece, y me deja seco, al mismo tiempo.

Javier


Nada, no pasa nada, sólo un homenaje al superhombre. Como no sé cómo decírselo, aquí le dejo algo. Que yo me vaya primero, que yo me vaya.

Hoy un día volteo y se me cae,
que se le olvida la vida, que es el General.
Hoy una noche lo leo y se me cansa en rústico pedazo,
polvo sepia que se descansa
que es asaltado en gripa,
ay, se me duerme y se le olvida su mundo.
Anda y va, y va y viene y va
y cerramos los ojos el mundo, los demás y todos los de allá,
y él nos vela, ojo único, juicio único.

No puedo mirar si él no mira, dicen.
ni dormir ni manejar, dicen.

Que ni se ríe,
que tiene la voz compuesta,
de estruendo
abierta, sin pena.
Recojo su espalda
tras mi bicicleta,
oxidada, gloriosa,
sé.